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Claves para una buena implantación de pasturas de alfalfa

Para una correcta implantación de pasturas de alfalfa, es importante tener en cuenta tres factores claves que inciden en su posterior producción.

Se trata de

  • Tipo de semilla, variedad
  • El sistema de siembra y tratamiento de la semilla
  • La densidad y distancia de siembra.

Desde Foodco te contamos un poco más sobre cada uno.

Tipo de variedad

La elección de la semilla es clave: no sólo debe tratarse de una semilla de calidad, sino que además es conveniente elegir aquella que cuente con tratamiento fungicida e insecticida.

Algunos productores trabajan únicamente con semillas peleteadas, es decir semillas recubiertas mediante diferentes materiales. El peleteado persigue un mejor rendimiento, mediante la homogenización del tamaño de las semillas, creando una semilla más grande y redonda que facilita su manejo y desarrollo más uniforme.

Al peletizarse, las semillas tienen un recubrimiento más grueso, son más pesadas y de mejor tamaño. Este recubrimiento facilita que se fijen los productos destinados a tratamiento, como por ejemplo nutrientes o insecticidas, y quedan separados de la semilla, al existir una capa externa.

Además las semillas peleteadas ofrecen un recubrimiento higroscópico, que permite una mejor absorción del agua.

Sistema de siembra y tratamiento de la semilla

Es importante prestar atención a los cultivos antecesores. Los más recomendados son trigo, avena, centeno, soja y maíz para silo principalmente, debido al menor volumen de rastrojos. También es conveniente trabajar con aquellos que no compartan enfermedades.

En siembra directa, se recomienda la siembra en dos pasadas cruzadas entre sí a 30 grados, colocando la mitad de las semillas en cada pasada y no más de medio centímetro.

Densidad y distancia de siembra

En general, por el uso de máquinas para la siembra, está aumentando la distancia entre las hileras de alfalfa. Una distancia sugerida para un mejor rendimiento, a partir de diversos estudios, es no mayor a 17.5 centímetros. Los estudios indican que el rendimiento decrece a partir de distancias iguales o superiores a 20 centímetros.

Al acercar las hileras de siembra, los incrementos en el rendimiento del forraje son del orden del 20%.
Por otro lado, si hay que tener en cuenta que el cálculo proyectado entre los kg/ha de semillas sembradas y la cantidad de plantas obtenidas no siempre es exacto ni estable. Influyen diversos factores, entre los cuales se encuentran: las características de las semillas (su poder germinativo y su pureza). Aquí no nos olvidemos que el peso varía según se trate de semillas peleteadas o no.

También las condiciones de la cama de siembra inciden en la producción final. Aquí retomamos lo ya mencionado: la influencia del cultivo antecesor y el sistema de labranza. Si de antemano sabemos que la cama de siembra no es la óptima, entonces habrá que “reforzar” el cálculo en la relación kg/ha de semillas a sembrar.


Fuente información: Inta Rafaela